¿Cruzar o no cruzar?
¿Arriesgar a la entrada
o arriesgar al retroceso?
¿Qué será de mí si ingreso?
¿Qué será de mí si claudico?
Es tan tímida la luz residente
que muestra apenas nada de lo que promete.
Huele a vida, a verdor, a renacer…
esconde su poder en un sugestivo «ven».
¿Creer o no creer?
Sí, creo. En realidad creo.
Pero cruzar el umbral…
¿Por qué mis pies devienen en plomo
y sigo prometiendo dar el paso que no doy?
¿Y tú sigues creyendo en mí? ¿Esperando
tal vez allí dentro?
Respiro.
sí, sigues creyendo en mí;
esperando
en algún lugar
más allá del umbral
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