¡Detén
tu vacía agitación,
Enredada
madeja de ideas,
Sentimientos
y preocupación!
Cesa tu
correr para la nada,
Enfermo
y herido corazón…
Cual
remota y desértica isla
Es de
tu alma su habitación;
Que
asentada en la ribera
Ansia
la tabla de la salvación
Asir
con brava necesidad.
Y así
con denodada pasión
Contempla
el fluir de la marea
Que
arrastra en su sangre la razón
De mil
existenciales fracasos:
Rotos
sueños contra el murallón
De una
inaceptable realidad…
Pero es
nítida realidad
Lo
simplemente ¡real!
Increíblemente duro
Indeciblemente doloroso.
Cruel verdad.
Donde se fragua la vida: fallar.
Al temido enemigo encontrar
En la mesa, en el convite de hermanos
Entre cantares de gran amistad.
¡Qué destierro tan absurdo e injusto!
¡qué viciada esta enorme soledad!
Allí come, bebe, baila y ríe,
El taimado enemigo mofándose
De a mis queridos engañar…
Y si éste banquete era mi sueño
¿Cómo reanimaré mi soñar?
¡Qué destierro tan absurdo e injusto!
¡Qué viciada esta enorme soledad!
Alma que vives por simple impulso
Detén tu ilimitado marchar
Calla el desvarío de tu mente
Para la voz sabia escuchar:
Cada pieza de tales naufragios,
Traen en su aparente informidad
La clave de un nuevo, magestuoso
Y osado sueño que hacer verdad.
Sólo se precisa el valor
Para colocarse en pie
Y que tu alma dolorida
Despliegue las alas
Del poderoso soñar.
¡Y volver a apostar la vida!
¿para otra vez fallar?
Es miedo y más que miedo
Pánico a enfrentar…
Pero tal vez ¿por qué no?
Esta vez diferente sea
¡Qué más da:
Morir o soñar!
Volver a soñar…
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